Cuando nacemos, ciertas energías nos rodean sin que podamos impedirlo. Son ellas la que inciden en nuestro comportamiento y en nuestra manera de pensar. La astrología, es la ciencia encargada de descifrar esas proyecciones que vienen de los astros para cada uno de los signos. Cada planeta aporta un valor específico a nuestra vida. Y en el caso específico de la Luna en Cáncer, vemos a una luna exaltada en el signo que la rige. A continuación, conozcamos cuál es su influencia en nuestra carta natal a nivel de personalidad y cómo usarla a favor cuando transita por el calendario.
Los nacidos con la Luna en Cáncer
Cuando hablamos de la Luna y de este signo, es hablar de una forma de pensar con tendencia al amor y al apego. Viendo más, por medio de las sensaciones y las emociones. Estos dos elementos permiten ver un sentimiento de maternidad, ser buenos padres o hijos. La diosa, la matriarca es la principal energía por medio de la simbología que envuelve a quienes tienen la Luna en Cáncer natal. Estos sentimientos intensificados, se elevan sin control y pueden volverse obsesivos y sobre protectores.
La luna cuando pasa por este signo, intensifica en gran manera pensamientos que ser muy infantiles, los cuales les abren las puertas a los sentimientos. Es por ello, que durante toda la vida estas personas son muy sensibles. Sin embargo y a medida que van madurando, modelan su forma de ser. Algo similar al estado del agua, en realidad llevarse con ellos de manera pacífica es muy complicado. Una de las formas de engranar con ellos, es demostrarles cariño a cada momento. Reduciendo sus pensamientos e inhibiéndolos, esto los concentrara en ti y les abrirá el corazón.
Cuando la Luna está en el signo Cáncer
Cuando la Luna pasa por este signo, los estados de estas personas fluctúan de manera más intensa como el mar. Hoy pueden estar tranquilos y al siguiente día son muy intensos. Tal cual como lo venimos comentando, pero a diferencia que la luna los distancia y les hace olvidar al ser querido. El desprendimiento de ellos hacia la nada, es aún mayor. Lo ideal, es que durante este paso seas más sincero y evites lágrimas de sufrimiento. Sentimos que necesitamos de repente una estabilidad y seguridad. Por lo que, no es aconsejable realizar cambios drásticos en nuestra vida durante este periodo.
Otro rasgo resaltante de este paso, es querer vivir a cada instante en el pasado. Esa desconexión del presente, hace que nos sintamos mejor pero momentáneamente. Al retraernos como los cangrejos, es mejor pasar el tiempo a solas y reflexión que lastimando con nuestros vaivenes emocionales a los demás. En resumen, serán días propicios para estar en casa y atender asuntos pendientes al respecto. Disfrutar de una comida hecha por nosotros mismos y ordenar nuestros espacios íntimos.